Star Wars: Entre el mito, la mercadotecnia y la influencia cultural

Por Enrique Pardo


El 25 de Mayo de 1977 se estrenó en el Teatro Chino de Hollywood, una obra cinematográfica que ni su creador, George Lucas de 33 años, ni los actores involucrados, ni el estudio que respaldó el proyecto con incredulidad e incertidumbre, imaginaron la magnitud del impacto social y mercadológico que tendría  La Guerra de las Galaxias (Star Wars), al convertirse luego de su premiere, en uno de los fenómenos culturales más grandes de la historia del cine.

La anterior afirmación ciertamente es punto de discusión, ya que Lucas de alguna manera sabía el potencial de éxito que tenía en sus manos. Prueba de ello es que negoció su sueldo con la Twentieth Century Fox a cambió del control creativo de la cinta y los derechos de explotación futura incluyendo secuelas.  Esta visionaria decisión (desafortunada para el estudio), lo llevó a crear un imperio comercial que le permitió no sólo convertirse en cineasta independiente y financiar por su cuenta las siguientes películas, sino formar otras exitosas empresas relacionadas con el mundo del entretenimiento.

Lucas sacó a flote de manera titánica Star Wars con muchos problemas y muy poco presupuesto (11 millones de dólares). Sin embargo, tan sólo en Estados Unidos recaudó en taquilla 461 millones y 775 en el mundo entero. Además siguieron 2 secuelas, El Imperio Contraataca  (1980, de Irvin Kershner), El Regreso del Jedi (1983, de Richard Marquand) y 2 “precuelas”*, La Amenaza Fantasma (1999) y El Ataque de los Clones (2002, ambas dirigidas por Lucas), sumando en taquilla a nivel mundial la exorbitante cifra de 3.3 billones de dólares. Estos impresionantes números nos llevarían a pensar que la saga de Star Wars es sólo un vehículo mercadológico muy bien planeado, pero es interesante entonces cuestionarse, ¿En dónde radica su “fuerza”? ¿A qué debe su éxito y su influencia cultural?

Nace un mito
Star Wars despertó la imaginación de millones de personas en el mundo y cambió el modo de percibir la experiencia cinematográfica. El guión original de Lucas está basado en elementos básicos de la mitología universal tomando como base la obra de Joseph Campbell  “El héroe de las mil caras” (1949), además de los antiguos seriales de Flash Gordon, la cultura japonesa y cintas como 2001: Una odisea en el espacio (1968, de Stanley Kubrick) y La Fortaleza Prohibida (1958, del maestro japonés Akira Kurosawa). Todo ello adaptado al universo de la ciencia ficción y la fantasía en una especie de melodrama telenovelesco espacial, sumergiendo al espectador, como en un acto de magia, a un mundo nuevo con sus reglas y lógica propia.

La historia se desarrolla en medio de sorprendentes e innovadores efectos visuales y sonoros, un ritmo narrativo vertiginoso, personajes heroicos y dosis de buen humor acompañadas de batallas espaciales inspiradas en documentales de la Segunda Guerra Mundial. Toda una suerte de mitología moderna dirigida principalmente al público adolescente, que se transformaría en cinta de culto y fenómeno de masas; que prosigue hasta nuestros días gracias al advenimiento del video a principios de los ochentas y al uso de medios alternativos (comics, novelas, juegos de rol, video juegos).

La influencia de Star Wars en Hollywood y el séptimo arte.
El éxito de Star Wars abrió nuevas posibilidades comerciales siendo el responsable del fuerte marketing que se le da a las películas en la actualidad. Esta explotación al máximo incluye la venta de licencias para infinidad de productos, juguetes y negocios de comida, asegurando la continuidad de la obra por 2 o 3 secuelas más. El término blockbuster (éxito taquillero) adquirió un nuevo significado y marcó el parámetro del cine como producto calculado y dirigido a segmentos de mercado bien estudiados con la finalidad de crear franquicias.

Asimismo, la saga ha sido objeto de múltiples referencias, sátiras, parodias e infinidad de imitaciones colocando al cine de ciencia ficción como género dominante en Hollywood. Y que decir de la influencia creativa en otros cineastas, como Ridley Scott (Alien, 1979 y Blade Runner, 1982), Steven Spielberg (E.T., 1982) o Peter Jackson, realizador del Señor de los Anillos (2001-2003), trilogía que denota una fuerte inspiración en Star Wars.

Finalmente, George Lucas continúa siendo un visionario. En sus últimas películas ha apostado por el cine digital, tendencia que está siendo respaldada por un sinfín de cineastas que vislumbran en las nuevas tecnologías el porvenir de la industria. Un futuro en el que Lucas seguirá presente no sólo dirigiéndose al cine, sino hacia el campo de la animación y la Televisión.

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