'The Truman Show' de Peter Weir

Por Frater Ignatius


Un hombre ha pasado toda su existencia sin saber que desde su nacimiento ha sido objeto de una manipulación de los medios –en este caso la televisión- por medio de miles cámaras, haciéndolo creer que su vida es totalmente real y erigiéndolo como protagonista de una película de la cual él no es consciente.
Resumen o sinopsis del filme
Un mundo construido sobre una gran mentira. Un hombre que desde su gestación está programado para protagonizar una película en donde todo su mundo es una inmensa engañifa perfectamente construida y programada para hacer creer al pobre incauto una realidad no veraz. Es decir, es una vida que para el protagonista es totalmente real pero para las personas que lo observan es una representación de la misma. Entonces, nos encontramos ante dos mundos paralelos, dos mundos que equidistan entre ellos pero que son totalmente distintos. En un momento se le quiere decir al actor que su universo es un montaje pero se niega a creer. En este sentido, esta obra se parece a Matrix de los hermanos Wachowski.

La realidad en la que él vivía no era sino una simple apariencia para los que estaban observándolo fuera, pero para Truman aquello era la realidad ya que desde pequeño se había criado allí y nunca había conocido otra cosa que el camino a donde iba habitualmente como al trabajo, al puente donde compartía sentimientos con su amigo, etc. La mayoría de la sociedad se cree la mayor parte de las cosas que nos presentan, en la vida hay que andar con el ojo bien abierto ya que nos pueden presentar algo como que es la auténtica verdad siendo lo contrario para mantener una vidilla en la sociedad. Que sabemos nosotros si el hombre ha pisado la Luna, eso podría haber sido un montaje, no lo hemos visto sino en televisión pero no estuvimos allí con él para ver como la pisaba, para mí la verdad es todo lo que yo puedo ver, tocar y sentir, lo demás lo pongo en duda.

En el sentido anterior, podemos hablar de un escepticismo propugnado por Descartes o una alegoría dada por el filósofo Platón cuando habla de la Caverna. Es decir, no vemos más allá de los límites de los mecanismos perceptivos y de lo que nos impone la costumbre.

Silvia es como una especie de conciencia reveladora para Truman. Él intuía que algo extraño estaba pasando pero no alcanzaba a percibir todo el contexto. En este sentido nos encontramos con el famoso aciago demiurgo, el diosecito que nos engaña, manipulándonos como si fuésemos uno títeres o personajes de una novela construida para disfrute del susodicho dios.

Mientras Truman esté engañado, todo el teatro montado tiene una siniestra eficacia. Es decir, en tanto no somos conscientes de que estamos manipulados, la maquinaria funciona  como relojería perfecta. El problema surge cuando tomamos conciencia de la farsa.

Nos encontramos con el dilema filosófico de la libertad. La libertad tomada como una elección. Sartre fue enfático cuando dijo que estamos condenados a ser libres y mencionó también que “el infierno son los otros”. En este sentido, el infierno son los barrotes de oro que le han fabricado los otros. Truman deberá sobreponerse a los obstáculos y luchar por su libertad.

Conclusión
La presente obra fílmica, impone al espectador una especie de actividad intelectual. Quiero decir, no es una película en donde todo esté ya dado y “peladito y a la boca”. Requiere el remover recursos cognitivos por parte de nosotros. Podemos decir que el cine es una especie de Caverna platónica. Esto para los personajes que están dentro del encuadre. Su tiempo difiere del nuestro pero es una copia o facsímil del tiempo real. Al igual que Matrix, se plantea la posibilidad de las realidades virtuales y la falta de diferenciación entre ellas. En términos teóricos, nos encontramos enfrentando a Freud con Lacan.

Se puede extrapolar la obra con lo que pasa en nuestro país. Todos podemos ser unos personajes manipulados por las altas esferas del gobierno. Siempre nos hacen creer una realidad aparte y nos sumergen en mundos paralelos y reconfortantes. Así, los medios de comunicación crean una realidad para sus propios fines, pero sobre todo, para los intereses de los poderosos, los cuales al final se resuelven en la fluidez del dinero. Tenemos entonces la Mexican Show, paralela a The Truman Show. El quid de la cuestión consiste en no dejarse engañar y como Truman, luchar por nuestra libertad.

The truman Show
Ficha de la película
Dirección: Peter Weir
Producción: Edward S. Feldman
Guión: Andrew Niccol
Música: Philip Glass
Fotografía: Peter Biziou
Reparto: Jim Carrey, Ed Harris, Laura Linney
País: Estados Unidos
Año: 1998
Género: Comedia Dramática
Duración: 102 min.
Productora: Paramount


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