Me quedé sorprendido al ver Inception, el Origen en su traducción al español del gran director C. Nolan. Inmediatamente mi cerebro comenzó a tejer una serie de relaciones con películas como Matrix, Dark City o el Piso trece. Incluso parece alguna adaptación que pudiese haber hecho Stanley Kubrick de las novelas de Gibson. La fotografía es soberbia y la música extraordinaria por el maestro Hans Zimmer, quien ha colaborado con Nolan en otras películas y quien estudió a Hofstadter para crear la música.
No dejé de pensar en Borges y su Aleph. Inmediatamente vino Freud a mi mente y el mismo Lacan. El argumento es original: qué sucedería si alguien fuese capaz de penetrar en el inconsciente de las personas y le robara información? Aquí se desata la obra hacia varias direcciones y toca temas como El Doble, la realidad concertada, la realidad virtual, la informática, el psicoanálisis, las matemáticas y la geometría topológica, entre otros temas.
Es como si uno tomará una inmensa figura de cristal y en cada parte de la misma se fragmentara un tema. Pero también es una metáfora del cerebro, visto como un laberinto. Una especie de psicoanálisis y también una premonición sobre los peligros de la guerra y sus secuelas. Visualmente es grandiosa. Y es montada como un gran rompecabezas, un puzzle pletórico de finezas, sugerencias, alusiones, guiños y metacine: como La Fábrica de sueños. No filmó en IMAX como con Batman, sino principalmente con formato anamórfico y con Vista Vision.
Esta gran obra crea la sensación de estar dentro de un sueño lúdico. No se la pierdan! Un gran ejemplo del cine hipermoderno.
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