Presunto Culpable

Por Frater Ignatius



Este documental ya lleva en las espaldas varios premios internacionales. Lo anterior no es gratuito, ya que su realización es impecable tanto en la forma como en el contenido. Lo que resulta es una pieza soberbia de denuncia contra la injusticia, voluntad férrea por parte del protagonista y un montaje espléndido de Geoffrey Smith, Roberto Hernández y Felipe Gómez. Ante nuestros ojos discurre una especie de novela kafkiana en donde se comprueba fehacientemente que el escritor checo sería simplemente un cronista de las costumbres de este país tenebroso. Toño, al igual que el protagonista del PROCESO, es acusado de un delito que no cometió y sentenciado a veinte años de cárcel. Aquí comienza un calvario dentro del “sistema de justicia mexicano”. Gracias a su esposa y a otros amigos, contactan a los abogados Hernández y Negrete, quienes se interesan inmediatamente en su caso y deciden convertirse en cineastas. Es cuando la cámara cobra su absoluto sentido de prueba. Es el momento en que el cine se engrandece, incluso sin quererlo. Es simplemente cuando el cine te salva. Los abogados acompañados del ojo de cristal desnudan y descubren toda la bazofia contenida en el aparato de “justicia” mexicano. Sobra mencionar la cantidad de atropellos, insultos, vejaciones que sufre este cantante de rap y poeta urbano. La médula de este gran documental es la lucha y el pundonor que sostienen los abogados y el acusado para hacer que brille la verdad, que impere la justicia y como consecuencia se caiga todo ese teatro de crueldad edificado por esos seres abyectos y sin consciencia, toda esa burocracia sostenida a la cual le importa más prostituirse para ganar el pan que la ética y la equidad para todos los que conformamos este país triste y doloroso. Este trabajo es una pequeña luz en medio de una caverna. Pero es una luz que tiene su peso por amor a la verdad y a la justicia, tan escasas en este pueblo medrado por la indiferencia y el hastío Una chispa de esperanza para una patria atribulada y rota. No importa que la censura quiera ejercer su estúpido poder, coartando este trabajo. Ahora con los nuevos sistemas de comunicación de masas como el extraordinario internet, estos cretinos no podrán acallar esa voz. La película al día de hoy ha sido vista por miles de personas. El mensaje ha sido transmitido. En nosotros está el convertirnos en los adalides de un país más justo o en culpables confesos por nuestra indiferencia, pasividad y cobardía.

Directores: Roberto Hernández y Geoffrey Smith
México
2011
87 min.
Color


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