Por Frater Ignatius
Por la noche visité la cueva aterciopelada, según expresión de Roman Gubern. Fue grata la sorpresa al ver un cortometraje de excelente factura. El nombre deriva de un personaje de la vida real, quien es manipulado, como casi todos, en esa acción execrable llamada guerra. Con claras influencias del fotógrafo Gabriel Figueroa y de Juan Rulfo, nuestro director Felipe Gómez, entreteje una pequeña historia sobre la manipulación y el inexorable destino.