Por Frater Ignatius
Un filme que hace un punto de quiebra en la cinematografía mundial. Considerado ya de culto por la crítica especializada, este tour de force dentro de la estética del cine, tiene una vitalidad fuera de serie. Protagonizada por un joven y viril Belmondo y una belleza casi divina Jean Seberg, la cinta rompe con muchas de las reglas hasta el momento intocables del lenguaje fílmico.